Tengo este deseo de bolsillo de encontrarte.
En las libras escuálidas de mi hastío,
tengo el abominable objeto de tu semblante.
Como un techo de bondades desprendido.
Tengo la pendiente de la vida intangible
como el híbrido instrumento de mi arte.
El colofón de las mañanas frías
resuelve la ecuación de tus fugas incurables.
Mis pies en las desvencijadas sombras de las avenidas
me vencen en la búsqueda de no hallarte,
la histeria se hace lluvia déspota en las calles.
Mis pies escarban los botones de las avenidas.
Como si en ellas hubieran anonimatos reversibles
Y en los rostros enjutos de la noche, te hicieras visible.
Y el imperio robusto de la historia holística
tapizara el amanecer de nuevos pasos.