Abrí todas las latas todas las puertas y ventanas. Abrí los tuppers las botellas los frascos los potes. Abrí los paquetes de galletitas dulces y saladas. Abrí las cajas los cajones Abrí los ojos las piernas los brazos la boca la garganta Abrí la fruta los paraguas los sobres las cartas los libros los paquetes los regalos el dentífrico los perfumes y las canillas. Abrí todas las posibilidades que tenía disponibles tangibles y concretas para ser abiertas. Ya está absoultamente todo definitivamente abierto y desacomodado dentro de este inagotable encierro.