Adelaine Soto Alvarez

SUCUMBIR AL DISPARATE.

 Sucumbir al disparate

continuar debajo de la bota

con una piedra en los pulmones

unas veces recibiéndola por bondad

otras para defendernos

de los vientos alisios

que atacan sin demora

 

La historia se repite

nunca cambia sus párrafos

persuasivos

 

Necesitan del lacayo  Infernal

que aplauda de un rincón a otro

de la lengua inquisidora muchas veces

por evitar el cepo callejero

y otras por cobardía y protagonismo

 

Ahí estamos todos bajo el mismo manto

con las tripa a puro grito

y el cerebro dándonos órdenes

y más órdenes.

 

Por eso me paso el tiempo orando

y rogando sin respuestas

Hundida en mis catastróficos pensamientos,

que no olvidan la leyenda.

 

Comienzo a sentir las llamas del

Vesubio colmadas de poderío

me apabulló detrás de las  efemérides.

y creo y vuelvo a invocar

al rey de los misterios sociales

incluyo a los íntimos

y alzo la voz y nada pasa

me trago la lengua y nada pasa

levanto pancartas

paquines, rebeldía

y todo sigue intacto

hasta que me llega desde lejos

el horror y el griterío

los insultos

y el despojo que han hecho de mi

 

Cuando la esperanza muere

nos atacan las pandemias

los encierros forzados

la época de los cabildos

sacando el diente más afilado

y sus respuestas más imprudentes

 

?Hoy ellos

Mañana ellos

pasado mañana ellos

Y cuando seré yo, tu

o todos los del mismo dolor?

 

Entonces llega el desvarío

se mete en mi pecho

y el montón de heridas

comienzan a gritar

Sale a la luz

el contenedor frío y maloliente

donde sin piedad  ni nombre

vamos a parar a la espeluznante noticia

que atiborra a los cerebros de miedo