Sucumbir al disparate
continuar debajo de la bota
con una piedra en los pulmones
unas veces recibiéndola por bondad
otras para defendernos
de los vientos alisios
que atacan sin demora
La historia se repite
nunca cambia sus párrafos
persuasivos
Necesitan del lacayo Infernal
que aplauda de un rincón a otro
de la lengua inquisidora muchas veces
por evitar el cepo callejero
y otras por cobardía y protagonismo
Ahí estamos todos bajo el mismo manto
con las tripa a puro grito
y el cerebro dándonos órdenes
y más órdenes.
Por eso me paso el tiempo orando
y rogando sin respuestas
Hundida en mis catastróficos pensamientos,
que no olvidan la leyenda.
Comienzo a sentir las llamas del
Vesubio colmadas de poderío
me apabulló detrás de las efemérides.
y creo y vuelvo a invocar
al rey de los misterios sociales
incluyo a los íntimos
y alzo la voz y nada pasa
me trago la lengua y nada pasa
levanto pancartas
paquines, rebeldía
y todo sigue intacto
hasta que me llega desde lejos
el horror y el griterío
los insultos
y el despojo que han hecho de mi
Cuando la esperanza muere
nos atacan las pandemias
los encierros forzados
la época de los cabildos
sacando el diente más afilado
y sus respuestas más imprudentes
?Hoy ellos
Mañana ellos
pasado mañana ellos
Y cuando seré yo, tu
o todos los del mismo dolor?
Entonces llega el desvarío
se mete en mi pecho
y el montón de heridas
comienzan a gritar
Sale a la luz
el contenedor frío y maloliente
donde sin piedad ni nombre
vamos a parar a la espeluznante noticia
que atiborra a los cerebros de miedo