Escondido entre sombras de la mente
se retuercen mis huesos desterrados,
los demonios abrazan carne ardiente
mientras mis ojos miran aterrados.
Toda noche repite el mismo sueño.
─Ansiedad o temor─ ¿quizás castigo?,
sudoración sangrienta la que empeño,
desconozco de quien coger testigo.
Sembré vida dejando bellas flores,
pisé línea continua al conducir
─Y quién no, me pregunto sin honores─.
Seguro todos, pero no decir.
Paso noches de insomnio sin respuesta
esperando encontrar mejor propuesta.