Jacinto Tomasetti

Inadvertencia capital

Poné la pava.

Vamos a tomar unos mates de bronca nomás.

Afuera la lluvia se mezclaba con el humo de las chimeneas. El techo parecía de chapa.

La casa de mi abuelo es repugnante y con esta humedad, directamente insalubre. 

Volvíamos del campo. Estuve toda la tarde haciendo un trabajo que no entendí. Desplazamiento de metales, golpes absurdos, enfermos, contra el cemento macizo e infinito del suelo. Yo sospecho que de entre todos los labores que existen, el de ir contra la corteza terrestre, en el fondo genera un daño al alma. 

Fui a poner la pava y se me ocurrió mientras tanto, ahora que pasaron un par de años, que a lo mejor, yo tendría que haber cuidado un poco el corazón, pero que tampoco nadie me lo advirtió. Siempre mirá para los dos lados antes de cruzar, no le abras la puerta a desconocidos, defendete del frío, no te dejes pegar, si te tragas el chicle te morís, pero yy??? Cómo nadie me dijo! Nene! Por lo que más quieras! Escuchame: aquellas instrucciones no te sirven si no cuidas un poco el corazón.