Me siento mal, porque encuentro fantasmas
a la vuelta de cualquier esquina.
Me siento mal, porque estoy cansado de
matar los mios y de que no me crea.
Me siento mal, porque o no se da cuenta,
o no quiere quitar los caprichos
que a mi me atormentan.
Me siento mal, porque
mientras me desangro en
mis noches en vela
se me está volviendo el alma de piedra.
Se que al final solo me quedará su imagen,
y sin conseguirlo, iré poco a poco
como a ciegas,esperando su mano
para cruzar la calle.
Después, en la noche
cogido del brazo del recuerdo culpable,
me perderé en las sobras e
imbuido en el aire,
me arroparé con su sonrisa
sin que lo sepa nadie.
J.C.