Ni la noche ni la lluvia han cesado,
siguen siendo el escenario perfecto,
el momento adecuado,
para que la tristeza se haga tangible.
¿Olvidar?, olvidar así es imposible,
olvidar, no solo es una fantasía,
es ahora todo lo que no se puede realizar,
es poco menos que una utopía.
Y es que son tan pocas cosas
las que realmente se parecen a ti,
esta lluvia de madrugada, lo es,
por que a pesar de ser hermosa,
es triste también.
Sí, esta húmeda madrugada se parece a ti,
el color de la noche es igual al de tu cabello,
su incertidumbre, igual a la que tú traías,
y la lluvia, la lluvia es la sensación de tu presencia
que cuando toca la piel la hace sentir viva
y cuando cesa le deja como consecuencia el frío.
Además cada gota de agua que cae,
cada una de ellas cuando toca el suelo,
pronuncia tus palabras con tu misma voz,
todas ellas gritan, ríen, hablan,
murmullan, aman y reclaman.
Pronuncian todo lo que dijiste y lo que dirás,
todo lo que sufriste y lo que gozarás,
pronuncian todo lo que el amor te hace decir,
todo lo que no dirás para mí.
Cierro los ojos y me asomo por la ventana.
Siento la brisa de tus recuerdos en el rostro,
los abro y no te veo, solo hay oscuridad…
Sí, esta noche es igual a tu radiante espíritu,
sí, esta lluvia de madrugada… eres tú.