José Luis Barrientos León

Remanso de sonidos

 

 

Remanso de sonidos en el silencio de mi alma

Que discurren y se filtran dando paz desde lo íntimo

Entre personas sonoras que deforman la quietud

Canto de aves libres, del viento sobre los árboles

De cigarras de esperanza y ríos emancipados

 

Remanso de sonidos, en el camino empolvado

De amores en el olvido y caricias fatigadas

Danzantes entre recuerdos de sábanas puritanas

Estrellas de primavera que entonan alboradas

Veredas de sol y agua que recitan profecías

En los oleajes melódicos que anticipan marejadas

Sonidos de ojos cerrados, que retornan y enardecen

 

Remanso de sonidos, en la oscuridad de la noche 

Propiciando soberanías de fantasmas engendrados

De rostros en las vidrieras añorando lo pasado

Cautivados, asombrados, por la razón de estar vivos

Sonidos sin ocaso, de niños en la pradera

Jugueteando la esperanza de aventuras madrugadas 

Sonidos de ingenuas alas, abiertas hacia cielo

De nubes inocentes deshojando las montañas

 

Remanso de sonidos, inexcusablemente olvidados

Cubiertos por el tiempo con sus párpados cerrados

Que petrifican el bosque y silencian su canto

Que enmudecen el río y lo convierten en charco

Transmutando de esperanza al olvido aceptado

Cercando los caminos, desahuciando lo andado

Se ha disipado el remanso dando paso a los estruendos

De feroces aullidos y rugidos de lo que pretendo

Materialismo sin alma o el espíritu de lo tangible

De un ser que retrocede entre monedas y espectros.