ESPERANDO EL DÍA
El día que la lluvia apague nuestra sed
será el mejor diluvio que pueda haber caído
si inunda nuestra tierra cayendo la pared
presente, de momento, en este sueño herido.
Si pueden mariposas brotar desde una red
harán nido en tu cuerpo y presas del sonido
interno, musical, irán a mi merced
con alas sigilosas perdiendo lo sufrido.
El día que la luna dé luz a nuestro sol,
estrellas bailarán la bella melodía
que surja de mis ojos ya sin melancolía.
Si encuentro en el camino mi enorme caracol
podré subir muy alto, crear tu poesía
y entiendas que sin ti no existe la alegría.
Aquél será ese día
cansado de esperar que tu silencio hable
y lleve con sus besos la muerte del culpable.