El erotismo en la ventana empañada de sudor después de un acto infinito de amor, se restriegan sus peores defectos y besan sus virtudes, adoran sus labios, sus manos pero nunca sabrán lo que es amar sin haber tocado.
El egoísmo mortal rasga las almas hasta dejarlas casi sin nada que dar, asesina los sentimientos y poco a poco el tiempo se vuelve cotidiano pero sobre todo una alarma; la ventana esta por romperse y sus vidrios no se empañan más.
Penetrando hasta el fondo están los sentimientos carnales, las espinas de las rosas hacen heridas imperdonables, sus ojos inquebrantables interfieren señales de amor y dan paso a una carrera con el odio y el tiempo.
Ventanas empañadas en una ciudad con personas que viven su realidad de amor propio, quiebran las palabras por amoríos de noche, negro estará el tiempo cuando las ventanas revienten de amor y sus pedazos rotos no sean más que lágrimas por un amor...
QUE NUNCA FUNCIONÓ.
_RODRIGO EGO-AGUIRRE