Ella se ha reído del destino,
con su brillo en la mirada,
ella está enamorada de la vida.
Ella salió de la cocina,
a charlar con sus amigas
al fin libre a respirar.
Ella sabe lo que vale,
ya no depende de nadie,
con ella misma, ha empezado a caminar.
Ella con su vestido azul cielo
despidiendo todos sus miedos
abrazó la libertad.
Ella que tanto ha cambiado
ahora se ha enamorado
del reflejo de su espejo,
que repite como eco
la hermosura de su cuerpo.
Ella con su sonrisa puesta
se ha maquillado sin prisas,
más que princesa, reina,
ya no cree en ningún Don Juan.
Ella sedujo a la vida,
la vida le correspondió,
ella no guarda rencores,
ni tiene mal de amores
y hoy te dice adiós.