Extranjero, ve y di a los lacedemonios que aquí
yacemos en obediencia de sus mandatos.
(Heródoto, VII, 228, a partir de Simónides de Ceos)
De los que, en muerte generosa y clara,
en las altas Termópilas cayeron
y venturosa suerte así tuvieron,
se venera el sepulcro como un ara(*1);
no lo oscurecerá la edad avara
que todo lo consume y los que fueron
capaces de un tal hecho, y tal pudieron,
gozan una alabanza eterna y rara;
la sacral tumba donde ahora posa
de estos varones ínclitos(*2) la llama,
que en lúgrube silencio y paz reposa,
a una jamás perecedera fama
elevará a la Grecia más gloriosa
doquiera el nombre de la patria se ama.
SIMÓNIDES DE CEOS
(*1):Altar donde se celebran ritos religiosos.
(*2):Ilustre, esclarecido, afamado.