Nunca te vi a los ojos, pero comprendí que no debo hacerlo cuando lo que observo es tu alma, no me perdí en ellos, pero, disfrute de que manera mi cuerpo trataba de encontrar tu corazón, tú deseo, tú pasión, quizás no supe ni de qué color eran, pero, para mí había un arcoíris rodeando nuestro espacio que se convirtió por un momento en algo sublime, boreal.
Nunca choque con tu mirada, pero no hubo necesidad, si el choque de nuestros cuerpos arrojaba más centellas y relámpagos que una noche turbia y tormentosa dentro del mismo océano. Nunca pude obsérvate a los ojos, pero, para mi fue lo mejor que me pudo pasar, ya tengo otra excusa para verte, porque realmente quiero descubrir que dice tu mirada.
No solo ha sido una noche, creo que ha sido una vida entera contigo, quizás no ésta pero si muchas anteriormente, se que te tengo tatuada en mi alma desde hace una largo tiempo y ahora al sentirte cerca me he dado cuenta de que siempre has estado ahí.