Hoy me quedé con ganas de acariciar tu cansancio
Tu mirada muda apenas latía
con ausencia de destellos en aquella lejanía,
quise hablarle, pero apenas respondía
y mis manos en la distancia inalterable
perdieron esa dicha de tocarte.
Hasta el silencio se adueñó de tus pupilas
sentía que podía besar tus palabras
que mi magia pudo robarte una sonrisa,
que hasta el verso asomó en tu pecho
y pude colgarme de él sin prisa.
Todo lo pude, pero existía la distancia
por eso me quedé con tantas ganas
de acariciar tu cansancio en este día.