La luna en tus ojos,
tu pecho en mi mano,
arena en tu piel,
sabor a verano.
Mirada brillante,
y yo, ilusionado,
el sol perfilando
tu cuerpo dorado.
Y fue de repente,
la tarde, al ocaso,
sentados de frente
al Mediterráneo.
Tormenta en tu pelo,
el viento temblando,
locura en el mar,
el cielo un relámpago.
Las nubes que lloran,
se esconden los astros,
mi luna y tu estrella
dos cuerpos mojados.
Llora Cadaqués,
amor acabado…
Un beso en mi boca,
¡Adiós! en tus labios.