Es mediodía, y nieva.
Copos de nieve, caen.
Sobre la tierra, el maná.
La tierra, todo lo absorberá.
Nieve de minúsculos copos
como de sentimientos pasajeros.
Al poco, se disolverán
por no tener consistencia.
Mucho frio no hace
no se vaya a congelar, el maná.
Blanco, puro, inmaculado
como el ala del recién nacido.
Me relaja ver nevar,
lentamente, ligeros copos
en rítmico balanceo de ingravidez
cual sentimientos antiguos
Mi embelesado pasatiempo, da paso
a grandes copos en remolino,
cuajando, cubriendo,
alfombrando suelos, ramas,…
Suelos de cemento, de asfalto,
de jardines, de montañas,
de pasiones, de odios,
de mentiras, de placeres…
Un Mirlo se posa en mi ventana,
me mira con un ojo
mientras el otro vigila, y
me canta con aflautado gorjeo.
El Mirlo me avisó:
que igual que la nieve
surge, casi improvisadamente,
los sentimientos urden misteriosamente.
Al final, la tierra, lo absorberá