Bailé al compás del soneto y su verso,
escogí sin prisa el bardo pareja
y encauzó trovas al vuelo de abeja,
zumbido clamoroso al universo.
En el reto de poémame inmerso
el ego compite y la piel se deja
con cada bailador que me corteja
para impedir un resultado adverso.
Me atrevo con dos ínclitos poetas
buenos amigos, colaboradores
de verbos ligeros como saetas
Y hermosos cual ramillete de flores
en búcaros impolutos sin grietas.
¡Hay magia en la pluma de estos autores!
Magníficos tutores
completan el soneto y sus aristas,
Alda y Pedro, talentosos versistas.
19-2-2021