Ya se marchitan
las flores en otoño
y las personas.
Es ley de vida,
son ciclos que transcurren,
junto a los años.
El mar pervive,
no cambia de matices
ni de color.
El cielo brilla,
las nubes hoy realzan
el manto azul.
Pero en las calles
el polvo se amontona,
en los caminos.
El tiempo pasa,
con risas y saludos,
¡sin darnos cuenta!.
En las montañas
las cumbres se estremecen
de soledad.
Días de nieve
con otros de ventiscas,
hablan de inviernos.
Y, mientras tanto,
el hombre-espectador
sigue en su vida.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/10/20