Como olvidar,
aquel crepúsculo con su lejanía
que vestía de caléndulas
las blancas gardenias,
mientras tus labios me invitaban
a cruzar sus fronteras.
Como olvidar aquel instante
donde nuestros cuerpos se envolvían en quimeras
y nuestras almas parecían dos cometas, exuberantes,
llenos de energía,
capaces de llegar al más lejano planeta.
Como olvidar,
aquella tarde que descubrí;
que sin alas se vuela,
que despierto se sueña,
y que en alma se encuentra
el cenit de la belleza.
Como olvidar ese horizonte
de luces rojas y anaranjadas
donde entendí;
que el amor es materia,
espíritu y razón de la vida,
que no se destruye,
y que en la ausencia
se transforma en tristeza.
Autor: Gerardo R. (Ramger65)