Del cielo nada espero...
salvo la lluvia.
Se cansaron mis ojos
de tanto alzarse a ellos,
para pedir ayuda:
mis ruegos
no obtuvieron nunca,
mas que silencio.
A pesar de eso,
alguna noche
todavía rezo.
No sé por qué lo hago,
porque mis ruegos
no obtuvieron nunca
mas que silencio.
Tener fe no es sencillo...
ahora lo entiendo;
y yo poquito a poco
la voy perdiendo,
porque todos mis sueños,
todos mis ruegos...
no obtuvieron nunca
mas que silencio.
Del cielo nada espero...
salvo la lluvia.
J.M.BRAZAL