Vengo
Vengo sin saber que he llegado,
no a tus brazos por supuesto,
a lo débil de tu costado.
He tocado en tantos días tu presencia
y los instantes sabían a una tierra
sin fuerzas, que tampoco era la mía.
Los hombres mueren callando
su propia cobardía, esos son los de mi tierra.
Pero quien blasfema su ignorancia
y hablan a cuenta del otro,
de la vida merece poco.
Esos no conocen su esencia
y su consciencia cabe en un hueco roto.
Hoy he venido con el latido en el beso.
Me atrevería a jurar el motivo
cuando se escapan los bandidos
y murmuran los presos en su nido...
ese innegable temor a la carga
de sus huesos carcomidos.
NellyCastell