Soy aquella barca,
que navega
cerca de tu puerto
en la espera que perdura,
por un cielo abierto,
de nuestra nueva aventura.
Ninguna tormenta…
pudo aplacar
el espíritu amante
que vive en mi pecho..
Con el corazón lleno,
de lágrimas y fracazos,
pero de pie…
con los brazos abiertos,
y al amor dispuesto.
No importa…
cuan larga sea la espera,
espero que en tu puerto
encuentre a mi compañera.
Y que en el cielo abierto,
se junten dos estrellas,
en la historia más bella
de un nuevo firmamento.
© Saulo García Cabrera