Navego por tus ojos, como por un manantial cristalino
Refrescando en tu humedad, las caricias de mi sombra bajo tu talle
Fluyo, me deslizo por tu cuerpo, como el río por la virginal montaña
Para desembocar en tu boca de agua, absorto en tu pecho desnudo
Floto en la nube que me regaló tus sueños
Canto en la brisa que me entregó tus besos
Reposo en el oleaje que me dejo tu entrega
En la soberanía de tu vientre inmaculado,
Diáfano como la luz del alba
Existo por tu mirada que me fecunda y sostiene
En caminos de piedra, áridos, aciagos
Nace tu castidad, como flor del ensueño
Dando el latido a la noche infinita, sin estrellas
Tránsito por el camino que me marcan tus párpados
Filtrando la luz en tu cuerpo desnudo
Donde nazco, me entrego, te descubro y venero
Donde me multiplico, sobrevivo y muero