La estrella que me protege
ha adquirido hermoso brillo,
un resplandor amarillo
por su cuerpo se entreteje.
Cada noche que la miro
sus destellos me acarician,
un susurro me bautiza
bajo el cosmos infinito.
Le regala compañía
el más noble de sus hijos,
y en un abrazo divino
sus almas juntas, levitan.
Desde aquí siento el cariño
con que me abrazan los dos
y me envuelvo en la canción
al compás de sus latidos.
Anna Gutiérrez.