Geja Alaras

Mi patria es todo, menos patria.

Pueblo de tristeza, 
a veces llevas por bandera 
la miseria, 
a veces llevas por espada 
tu inocencia, 
pero de eterno y miserable escudo 
siempre llevas, 
la romantización de tus problemas, 
así las cargas podes calmar 
y tu vergüenza aminorar 

Sos un pueblo de vendedores de carbón, 
que le compran humo a los políticos, 
de pescadores que sirven de anzuelos, 
y campesinos que arruinan sus propios suelos, 
para darle de comer a estómagos extranjeros, 
sos un pueblo con epidemia de malinchistas, 
que solo te aman cuando de lejos, herido, te miran. 

De playas y montañas majestuosas, 
haces sombra a tus carencias numerosas; 
le vendes a los poetas, 
como yo, 
que aguantar hambre, 
es parte del fierro carácter, 
porque para vos tener 
estómago y espalda de cuero, 
es lo que hay que pretender, 
aunque tengamos el cerebro fundido en hierro. 
preso de gobiernos lerdos, 
que cuidan y buscan siempre al ciudadano inepto; 
siendo lo peor del caso, 
que entre uno que otro verso, 
te hemos comprado a veces el cuento. 

Sos experto en mostrarte tenaz 
cuando de simple orgullo pecas, 
terco como la belleza de tu tierra, 
e ingenuo como la viveza de tus políticos.  

Porque tristemente, 
mi patria… 
te casaste con el romance maligno, 
tu hermana es la política corrupta, 
de padre tenes al barato victimismo, 
sobre todo 
tenes de madre a la ignorancia,  
y le diste de nieto al sufrimiento.  
 

¡Sos un país terco! 
¡Que despertas de un sueño 
para sumirte en otro! 
Que ya no cambias espejos por oro, 
pero si tu dignidad por la promesa en el voto, 
Patria mía,  
sos eterna esclava de tus errores, 
que parecieran transmitirse en la sangre, 
cometen los mismos, diferentes generaciones… 

Tristemente… 
Estas tan mal, 
que los tuyos a tu amor a vos le dan eutanasia, 
Explicado en versos tristes 
y siempre correctos en el tiempo… 
Sos todo lo bueno que te pasa, 
pero sos todos los males que te alcanzan, 
tu enfermedad son tus propios hijos, 
que hipócritas te ensalzan, 
y la cura, son las personas, 
mis verdaderos compatriotas, 
que venzan al miedo, 
y solo el coraje lo tengan de cuero, 
con el corazón de hierro, 
inteligentes y grandiosas mentes 
que le hagan honor a la leyenda, 
que nuestras gentes...
llevan la astucia y amor en sus soberbios genes.