jorge enrique mantilla

Los faroles de los muertos

Los faroles de los muertos

 

¡Y venían bajando lentamente los muertos!

Traían entre sus esqueléticas manos, faroles calientes

Antorchas que iluminaban las montañas y llenaban de miedo a los inocentes

Se escuchaban alaridos y quejidos, de unos débiles y de otros valientes

Cadáveres de ancianos, adultos, jóvenes y otros adolescentes

Calaveras blancas, grises, marrones, negras, mostrando la dentadura como si estuvieran sonrientes

Muertos que pasaron sin pena, ni gloria, para sociedades indiferentes

Muertos andantes, sin lágrimas derramadas de aquellos ausentes

Restos de finados, de sangres acumuladas por afluentes de sus torrentes

¡Y venían bajando lentamente los muertos!

 

Sus esqueléticas osamentas ondeaban sus faroles, acrecentando sus venganzas

Cruzaban ríos y praderas, las tierras perdidas de sus añoranzas

Pidiendo con sus iluminadas teas, justicia para sus abominables matanzas

Sus ondeantes antorchas, bailaban al ritmo de sus creencias y alabanzas

¡Y venían bajando lentamente los muertos!

 

Restos de cadáveres, unos aniquilados y otros reventados

Otros mutilados, destrozados, por nadie rezados, ni preguntados

Muertos verdaderos y otros falsos, de inocentes de imaginaciones creados

Esqueléticas figuras andantes, que el tiempo olvida y no son recordados

Vidas que se apagaron entre la maleza y ahora son afanosamente buscados

Muertos de fantasmas, de gritos sin ecos, sin distancias escuchados

Finados buenos y otros malos que, al fin y al cabo, fueron silenciados

Faroles incandescentes en las noches oscuras, de campos iluminados

Sueños que se truncaron de metas y anhelos, de huidas marchados

¡Y venían bajando lentamente los muertos!

 

Se escuchaban alaridos escalofriantes, terroríficos y espantosos

Las esqueléticas osamentas con sus faroles, se veían a lo lejos luminosos

El ambiente se tornaba en lúgubre, tenebroso, siniestro y pavoroso

Las montañas, valles y praderas, atemorizaban con sombras asombrosas

Fantasmas sin espíritu y sin alma, de caminos tenebrosos

Cadáveres de difuntos, marchitos de la sociedad, apestosos y horrorosos

¡Y venían bajando lentamente los muertos!

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga marzo 02-2021