No somos más los que solíamos ser,
ecos se escuchan al sonreír,
actitudes se congelan y descongelan,
los abrazos y besos se tornaron artículos de lujo.
Las máscaras que antes se ocultaban,
se tornaron visibles.
Y el mundo se tornó nuestro propio espacio,
nuestro interior nuestro refugio.
¿La soledad nuestra compañera?
Hay tantas formas de estar presentes,
aún en la distancia,
amor y amistad prevalecen.
Lilí