Voy ascendiendo en la senda
que me llevará a la meta
de una vida más selecta
por ya ser comprometida;
una vida hecha de fuerza,
que no cede ni se queja,
a sus males los enfrenta
con discreta valentía;
si se logra la encomienda,
de no ceder a esa prueba
que te reprime y te humilla,
hallaré la gloria plena
de renacer, como esa ave
que fulgurante ilumina...