El otro día tuve un sueño,
Acostumbrada a que en mi material onírico aparezcan siempre los tsunamis,
Apareciste tú en forma de libélula.
Que hay de ti en mí
Para que aparezcas tan sin igual:
Estamos detrás de un mirador
Yo, mis dos niños, una hermana, más mi madre.
El mirador se ubica en un risco frente al mar,
El color de la noche, es de un naranja profundo.
Parados detrás del ventanal,
Esperando el momento en que las olas se rompan desde su epicentro y nos alcancen.
Pienso en ti, y en el acto aparecen tres libélulas alumbrando la sala con su luz amarilla,
Desde mi mente pienso que eres tú,
Desde mi mente te digo: si eres ivonne pósate en mi mano izquierda.
Me confirmaste con ese acto que te convertiste en una libélula,
Entiendo que encontraste a las personas correctas,
Y que lograste transmutar en la figura de una libélula.
Ahora te comunicas a base de pequeños crujidos
Y entiendo tu lenguaje,
Te despides enseñándome tu pequeño mundo y me maravillas de tus descubrimientos.
Te despides antes del fin del mundo.