THE MAGIC OF WOMAN.
A mí me bastaba con sus ojos para reemplazar a las estrellas, aquellas que en el fondo no podían ser más bellas, no más que aquellos ojos que de luz dejaban huellas.
Y es que no importaba nada, ni la vida ni la muerte. Ni el futuro interesaba, solamente su presente: el poder de una palabra, halla la magia para siempre.
A mí me bastaba con su boca para olvidar lo que era el viento, aquel que entre las horas era menos que su aliento, no más que aquella boca que agitaba al firmamento.
Y es que no importaba nada, ni la vida ni la muerte. Ni el futuro interesaba, solamente su presente: el poder de una palabra, halla la magia para siempre.