Y otra vez escribiendo estas letras para desahogar el dolor tan profundo del alma.
Tres años viviendo a la sombra de tu amor, atento a cualquiera de tus actividades a lo poco que podía, lleno de miedo y desconfianza de contactarte, miedo al pensar que me odiabas y desconfianza pensando que dijeras algo y me destruirías.
Una sola imagen, una sola frase, una sola canción, un solo poema, una sola pregunta y una sola respuesta, solo eso tan insignificante basto para destapar los sentimientos y el contacto, así de fácil fue suficiente para encender las cenizas de este amor que ardía por dentro con ganas de incendiar bosques enteros y mi sorpresa más grande es que sientes lo mismo.
Cerrar un ciclo significa que otro nuevo comienza, cerrar una puerta significa que otra puerta se abrirá, pero eso es cuando se termina un sentimiento o se agotan las ganas, como pretendes que suceda si nunca nos hemos dejado de amar, nunca nos hemos dejado de extrañar ni de perder el contacto secreto, nunca hemos perdido esas ganas de tocarnos, de besarnos y no poder despegarnos de un abrazo.
Nada es para siempre, el dolor no es para siempre, este momento no es para siempre, una despedida no es para siempre, extrañar no es para siempre, excepto nosotros y este amor tan profundo que nos tenemos.
Quieres despedirte y cerrar el ciclo pero solo logras extender el tiempo a nuestro próximo encuentro, nuestra próxima platica, nuestro próximo beso y nuestro próximo abrazo, entras a una guerra perdida pero tengo que dejar que luches contra tu corazón para que te des cuenta que será imposible despedirte de mi.
Mientras tanto me quedó con los brazos abiertos esperando tus abrazos, mis labios esperando tus besos, mis manos esperando tocarte y mi corazón esperando sentir tu amor.