Tu presencia
en mi agitado camino,
disipó mi ceguera.
Mi sentir es río
que corre hacia ti;
mi amor,
crece irremediablemente,
rompiendo la barrera.
de la lejanía.
El poder oculto
detrás de un enemigo invisible,
ese terrible virus de la verdad,
rescató mi decisión
de compartir mi vida
con la tuya.
La hostilidad reinante,
extingue sin piedad,
las relaciones disfuncionales crónicas,
como velas consumidas
por la llama de la verdad;
proceso vestido de dolor
que puede detenerse
al fundirse
en el crisol del amor,
fuego intenso
que destruye las plagas alimentadas
por el miedo.
La soledad
conspira en mis noches
haciéndome creer
que todo es irreversible;
me susurra al oído
que te escapas
como agua entre mis dedos.
Deseo,
las caricias dulces
de tus palabras,
mariposas nocturnas,
inadvertidas,
que transportan el polen
que prolonga mi vida.
Tú,
eres chispa mágica de luz
vestida de la alegría de vivir
que me invitas a caminar
atrapando instantes de felicidad...