Que desde ese día,, la luna inquieta me mira
Y el arroyo crece con mi llanto
A donde conduces tus pasos, que te alejan más de mi vida
Que le digo al corazón, para justificar tu partida.
Hay razones del corazón
Que la razón no puede entender
Mientras te sigas separando sentirás
Ese vació que da la ausencia
En la distancia evocaras mi nombre, aun en tu inconciencia
Tu partida en silencio
Me dejo dolida el alma
Las lágrimas escaparon con tal insistencia
Que surcaron mi rostro dejando sus huellas
Mi mente se niega a olvidar tu nombre
Se repite como tañir de campanas
En mi alma cada noche
Mi boca,, conserva tu sabor
Y me envenena a cada instante
Matándome poco a poco
Como poco a poco me robaste el corazón
Adueñándote también de mi alma
Ernesto ( Moreliano )