Alexander Vortice

ABRIENDO PUERTAS VACÍAS

ME repito a mí mismo que todo posee sentido.

Enseguida suenan en Poniente las trompetas

de los espíritus benevolentes, los ojos pernoctados

de algunos hombres se abren dejando a un lado

la desidia, y seres de ultratumba transitan

por las calles del fallecimiento diario,

mortificado.

 

Creo, por un instante, que podré abrir puertas vacías;

mas las injusticias desvalijan cerebros estrictos

para que perpetúen las perversidades

por los siglos de los siglos…

Alguien (tal vez sólo una voz)

manifiesta su malestar ante las riñas

y los asesinatos de los débiles.

“Tiempos mejores vendrán”, asegura.

 

Mientras tanto, las almas puras

juegan a no ser vistas por los hombres

y mujeres duramente terrenales.