Cuenta la noche como el susurro se fue adentrando en la mente de los mortales, aquellos que perdieron el control de su yo interno, y se dejaron llevar de esos demonios que jugaban a ser los dioses magistrales.
La noche se convertía en una pieza importante, la luna fue siempre bella y un arma que sin duda alguna fue de la pasión y la entrega, la más deseable, ella incitaba al romance, mientras de deseo se hacía notable.
Cada que la noche llegaba, su fuerza era más duradera, la entrega de pasión y el amor en el sexo esclavizaban a los humanos deseando porque la noche nunca concluyera.
El misterio tomó fuerzas, el día inicio en susurros lo que de la noche parecía un poema, fue creciendo, y se fueron adentrando aquellos instantes de luna llena.
Henry Ruiz
7 DE MARZO 2021
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