En el universo entero hay cosas que no deben mendigarse
como el amor que es gratuito, aunque se entrega el corazón,
es una excusa fácil para esgrimir mucho antes de entregarse
pues en infinidad de veces se pierde completamente la razón.
Implorar una ayuda económica es lanzar el alma al pavimento,
ese súper yo queda más bajo que el ello lo cual es un atropello,
el tiempo detiene su curso normal, una flor pierde su pigmento,
dejas de ser ese rey altivo y te transformas en humilde plebeyo.
Resulta imposible medir lo etéreo, hablamos de un sentimiento,
la sicología puede proponer algunas elaboradísimas condiciones,
pero existe relatividad infinita entre la felicidad y el sufrimiento,
es una causa bastante probable para sumergirse en adicciones.
Sólo lo espiritual admite que sea implorado por parte del humano,
somos entes de la creación y debemos implorar al ser omnipotente,
ninguna justificación posible para humillarse a cualquier hermano,
puede ocurrir que una voz interior proclame que eres competente.
Jaime Muñoz ,16 de febrero de 2021