Hay que estar muy cuerdo para pensar, y qué aquel acto cumpla en función de la realidad.
Pues en mi imaginación estás conmigo, te respiro de pies a cabeza, y divago por tus curvas como un niño.
Te acaricio, te miro y afirmo que no quiero estar con nadie más, si no es contigo.
Luego pienso demás y vuelvo a caer en mi delirio.
Y vuelvo a saber que tú nunca estarás conmigo.
¿En qué momento perdí mi lucidez?
¿Cuándo fue que me dejaste solo y perdido?