A veces me sorprendo,
un día cualquiera…
Observándote atenta.
Deteniendo en el tiempo,
reflejos de tu imagen.
Y es que estás,
brillo de luna llena,
dueño de ti,
tan dueño,
y yo presa de ti,
tan presa...
A veces me sorprendo,
estudiándote atenta,
tus gestos,
y ese felino andar con que te mueves…
Y esa sombra,
que tu alma proyecta,
y dibujando sobre tu pecho mariposas…
A veces,
solo a veces,
me descubro admirando tus risas transparentes,
atisbos de tu alma,
que en un sinfín de colores se convierte…
Tu risa tímida y discreta,
aquella carcajada que contienes.
A veces me sorprendo,
escuchando atenta,
la seda de tu voz,
caricia que estremece…
Y de pronto,
absorta en observarte,
absorta en estudiarte,
absorta en escucharte,
han pasado las horas,
has pasado los días,
has pasado los meses…
¡Y otra vez florece en primavera!