Hay un hueco que firma un pecho
una nación ostentosa que augura un desencuentro
la fatalidad exhibe su perro de aguas inaugural
la llama flaquea y muestra su lado más humano
donde se escucha una canción y tristemente
las ramas del abeto se doblegan a la aurora
allí alguien venera las hijas del campesino
con reticencia inculcadas hasta la muerte
su pasaje triunfal su cenit sin mácula
y en los fríos urbanos la llama busca su mensaje
de hielo.
Veo largas lenguas bostezar
paisajes neutrales goznes resquebrajarse
y ese tenue dormitorio donde suponen
consejeros fumadores de opio.
Hay una larga lista
soñadoras de ojos cálidos
especialistas de la sombra
y ese extraño porvenir que encuentra
un alfiler entre la carne de una bailarina.
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