Le lloró al mar roto
En una triste despedida.
Allá dónde el sol se vierte
En la lejanía dónde la vista se pierde en la monotonía de una oscuridad profunda.
Solos, mis versos conocen
Lo que en mi interior se refugia.
En el indómito espacio
Dónde el tiempo pasa despacio
Y la luz se rasga en la nada
visitando los rincones.
Abandonados en un corazón en penitencia que sólo busca la inspiración más allá de la imaginación que brinda una ventana.