Amanece y la oscuridad aún se impone.
El amanecer va domando las sombras.
El bardo su bella poesía al día compone.
Va hilando con sus versos linda alfombra.
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Ensancha su obra en el jardín de rosales.
Sí, de rosas, las más fragantes y rosadas.
Un hado llegó al poeta, desde los umbrales;
vino a advertirle sobre las espinas osadas.
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Todas las rosas son muy preciosas y coloridas,
lindas e inspiradoras, por eso, dicen los poetas:
Que un bello jardín debe tener rosas florecidas
y todo salón adornado, luce sus rosas coquetas.
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Donde hay un rosal el ambiente se perfuma.
En las noches primaverales florece el rosal…
El poeta no escapa y con amor usa la pluma.
¿Quién no es atraído por una aroma floral?
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¡Envuelto en estas embriagantes fragancias,
El poeta con sus versos adorna las estancias!