Cuando amanece
se rompen las cadenas,
se va la noche.
Marcha a dormir
y deja paso al día
con la alborada.
La vida vuelve,
despierta entre las rosas
y las ortigas.
Sigue la vida
contando los minutos
de la jornada.
Atrás se quedan
los miedos con las sombras
y pesadillas.
Suenan las fuentes
y el canto del jilguero,
haciendo un dúo.
Quizás por esto
los nervios de la vida
cobran sentido.
Y se renuevan
las viejas ilusiones
y pentagramas.
Sueños de luces,
de sombras y misterios
en poesías.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/10/20
Quizás la llegada de la noche y las nubes que hoy se ven en el cielo, en este atardecer, han inspirado estos versos que intentan llevar el signo contrario, es decir \"un amanecer\" y el dejar que la noche y las sombras duerman mientras el día despierta y amanece una nueva jornada. En ella la naturaleza despierta los sentidos del espectador y del poeta y le va mostrando la \"poesía de la vida\" con toda su magia y sencillez.