¡Oh! a ti señor clamo
esta tarde por mi dolor,
te pido con pudor
que desangres mi dolor,
que con infinita persepción
ilumines mi vivir,
que a tu lado quiero ir
y tú me retienes aqui.
Baja de ese cielo azul, de esa eterna belleza, de ese mundo oculto y arrancame el corazón.
Congela un momento
mis sentimientos
y dejame pensar sin que
estos tengan privilegio alguno,
apagues mi dolor.