Una calandria angustiada
volando iba con dolores
cargando con sus temores
de día y de madrugada.
¡Dónde estará su alborada,
iluminando el sendero
que verla sufrir no quiero,
ni que tenga confusiones
que trastoquen emociones
porque en penas yo me muero!
Y la triste pesadilla
la llenaba de congoja
y en su pecho se le aloja
la filuda y cruel astilla.
¡Quítate la mascarilla
y ese pensamiento magro
si a las verdades consagro
qué me importan ya los santos
con su túnica o sus mantos
si importante es el milagro!
Ve volando libremente
sin la calentura ajena
que llenándote de pena
vas chocando con la frente.
¡Qué situación decadente
enfrentan las sociedades
las mentiras son verdades
y las verdades mentiras!
¿Y por qué tanto conspiras
llena de tantas maldades?
Si estás libre de pecado
tira la primera piedra
que no se enrede en la hiedra
y te pegue en el costado.
Porque el corazón sangrado
puede terminar en ruinas
por las ideas mezquinas
que produce el pensamiento
y con tu resentimiento
volarás entre neblinas.