Las palabras de ahora son una gran mujer obesa atrapada en una silla: hay dolor, hay vergüenza, hay rabia, hay lástima, rencor.
El rencor, es como el veneno que corroe, va desintegrando las fibras, hasta solo dejar el hueso pálido que apenas y protege el corazón que late dentro.
Y no me queda más que decir, no me he guardado nada, aquí está todo, tal como siempre lo he dicho, no hay un verso escondido, no hay matices ni filtros. Toda yo en negro ahora, como le dije a un buen amigo, que también arrastras luchas y cadenas, las compartes conmigo.
Somos el amor, somos la herida viva,
...pero también somos la bala.