El color de mi tristeza
tiene el color de sus ojos,
donde me postró de hinojos
en busca de su tibieza.
Con su ingrata y cruel rudeza
de mi sueño hace despojos,
y el color de mi tristeza
tiene el color de sus ojos.
Si sus rayos de belleza
destruyeran los cerrojos;
acabaran mis abrojos,
al cambiarme su pureza
el color de mi tristeza.
Autor: Aníbal Rodríguez.