A MI HIJO MENOR
El niño en la puerta espera impaciente;
es un hijo bueno, él es muy jovial,
la brisa tan suave, la que el niño siente,
es la brisa del cielo, la que es celestial.
El niño se siente feliz en el mundo,
quiere ser grande para poder volar
y convertirse en un hombre fecundo
y sus recuerdos luego poder evocar.
Terminan los días de dicha y jolgorio,
el niño ya sabe que debe partir
en busca del mundo que no sea un calvario,
porque no quiere tan pronto sufrir.
Y llega el tiempo de dejar el nido,
como lo dejan todas las aves así;
surcando los mares el niño atrevido
se lanza en el vuelo con su frenesí.
Y recorre montes y valles y cielos
en busca de un mundo de amor,
llevando consigo tan solo anhelos
que suplica a los cielos con mucho clamor.
Triunfante llega a su casa fraterna
después de mucho, de mucho volar,
y observa a sus padres con su mirada tierna,
y gracias les da por dejarlo volar.
Autor: Fabio Bohórquez Rodríguez (Fabo).
Registro No. 10-1020-493
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