Añoranza...
A lo lejos suena el rio,
cantando sus estribillos,
en mojados pentagramas
de metal.
A su vera el soto reza,
con citas tan melodiosas
que hacen renacer las rosas
de cristal.
Más cerca calla la ribera
ordenando:las salgueras,
los alisios y choperas
de madera.
Más próximo cantan las fuentes
susurrando sus canciones,
al unísono con los trillos
de las eras.
Aquí,el pueblo goza,
observando el gran teatro
que le brinda el espectáculo
de su vega.
De los brotes de las ramas,
con suspiros de quimera,
el viento inunda los corazones
de amor.
Y, una pareja de jóvenes,
a la sombra de un nogal,
va descubriendo las cuentas
de su piel.