Las cosas ocurren porque tienen que ocurrir, por eso un cigarro es un cigarro hasta que se quema y el humo deja de salir, solo queda la ceniza y la ceniza a la ceniza va, hasta que el viento se levanta y la expande más allá .
Seguramente ya no la veremos más, pero eso no quiere decir que deje de existir, se ha transformado en ceniza tan pequeña que el ojo humano no la puede ver, pero la ceniza sigue ahí.
Talvez cuando hablamos de que nuestra Alma partió no sea así, anda suelta y libre en otra dimensión, nada muere definitivamente, solo se transforma y se convierte en otra cosa y creo que con todo en la vida pasa exactamente igual.
Como por ejemplo el Amor, cuando pensamos que se ha muerto, no es cierto, el amor nos rodea y a veces se convierte en cariño y sin darnos cuenta nos vuelve a entrar quizás por la nariz, nos llena por dentro y es por ello que siempre amamos, aunque sea nada más que un recuerdo.
Porque las brasas del aquel fuego siguen ardiendo en un rincón de nuestro corazón y como el Ave Fenix se despierta una y otra vez, es el alimento del espíritu, la ambrosía de los Dioses y por eso no podemos dejar de amar una y otra vez, hasta el último suspiro donde todo comenzará una vez más, es el bucle existencial del universo que le hace crecer y crecer y no tiene principio ni final, si alguna vez te has preguntado porque venimos aquí, la respuesta ya la conoces para vivir sin fin, crear vida y amar y ser amados, el amor es lo que mueve el Mundo, por eso el Planeta Tierra no deja de girar a gran velocidad, para que se esparza y se enraíce por todo el Mundo el Amor que no debe nunca morir.
La misión principal de todo ello es acabar con el mal y solo con amor se puede ganar.
Mael Lorens
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de Autor 12/03/2021