La luz se abre por entre
nubes oscuras cargadas
que iluminan los pensamientos
ilusiones y sentimientos.
La espera se hace insoportable
un calor bochornoso, impide,
circular por el centro de la ciudad
al ritmo vertiginoso
de un tráfico irreal.
Buscando con anhelo
una hora de encuentro
de tiempo añorado, deseado,
en pasiones no muy lejanas,
de proyectos desorientados, inconclusos.
El deseo de reencuentro con Hawa,
¡Tantas veces compartiendo!
inquietud y nerviosismo efímero,
como la primera vez, subyugado.
La primera vez, fue incierta,
una mina, de mineral de hierro
sede en Melbourne; con casco minero,
uniforme de faena, polvo en ambiente,
dirigiendo trabajos penosos, destajos,
peligros inminentes, explosiones, derrabes.
¡Trabajando juntos!
Hawa, firme, esbelta, negra como el ébano,
treinta y seis primaveras,
de origen Mali, ojos penetrantes,
labios carnosos occidentales, largas piernas,
¡Una belleza extraordinaria!,
inteligencia precoz; directora de producción.
Desde el primer momento afinidad sublime,
miradas de deseo de posesión,
enamorados por los rincones de Sídney,
vivimos junto al puente del puerto de Sídney,
Sydney Harbour Bribge, tráfico insoportable.
Por segunda vez en cinco años,
comprometidos, compartiendo, amando.
Resquebrajadas nuestras mentes,
nuestros cerebros, en coctel químico
de deseos impetuosos concluidos,
perpetuados sin descanso
en veladas lujuriosas estimulantes
en parajes románticos gratificantes
¡Como si no hubiera, mañana!
Después de tres años ausentes,
el uno del otro, hemos vuelto
a compartir, para amarnos, eternamente…
Treinta meses después, profesionalmente,
tomamos rumbos opuestos;
seguimos comunicando deseos,
¿Hasta cuándo?...